Una vez acabada la campaña 2024, y teniendo la tranquilidad que todo el corcho está en nuestro patio, me afloro una serie de sentimientos hacia ese magnífico árbol que hace que cuando descorchamos una botella de vino, abramos emociones.
El alcornoque que nació hace millones de años, y desde entonces ha sufrido varios episodios de cambios climáticos que han afectado a su población.
Todo esto empezó hace unos 1.800.000 años, en el Pleistoceno, caracterizado por períodos de frío extremo, que se alternaban con períodos más cálidos. Estas fluctuaciones climáticas fueron determinantes en la distribución geográfica y en la diversidad genética del alcornoque, puesto que el frío obligó a esta especie a refugiarse en zonas climáticas más benignas. Fue al final de la última glaciación, hace unos 10.000 años, cuando el alcornoque colonizó su actual área de distribución, el Mediterráneo Occidental.
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