Nosotros, ahora estamos un poco más seguros de que, efectivamente con el curado natural del corcho en nuestro patio, el control de la trazabilidad y el control de taninos y polifenoles, podemos asegurar niveles muy bajos de TCA y la eliminación de casi la totalidad de las desviaciones aromáticas que puedan aparecer en el vino, “presuntamente” derivadas del tapón.
A este plus de convencimiento llegamos, tras leer el informe definitivo del Proyecto que ha realizado la Universidad de Castilla la Mancha, sobre este particular y basándose en datos y muestras recogidos en nuestra fábrica a lo largo de un año.
Se adjunta el citado informe.
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